Calibrar en un proceso de coaching implica chequear dos tipos de mensaje, el lenguaje verbal y el lenguaje no verbal, y para esto es esencial detectar los cambios que se producen en el interlocutor.
Calibrar el rapport es responsabilidad del coach. Por un lado, detectar los cambios fisiológicos verbales y no verbales que se producen en la interacción humana, y por otro, leer esos cambios.
Se dice que existe congruencia en la comunicación cuando el contenido y la relación o (manera de expresarse) forman un bloque coherente. Es decir, cuando los distintos canales de expresión entregan mensajes compatibles.
Cuando nos referimos a la relación (o manera de expresarse), abarca el tono de voz del coachee, la postura corporal, la respiración, los movimientos oculares.
Cuando se produce una incongruencia, se revela un conflicto o inconsistencia. Aquí la persona se encuentra dividida entre dos fuerzas que le tiran y ninguna de las dos alternativas le deja satisfecha.
Para esto, lo primero para el coach es identificar la incongruencia. Luego clasificarla, y luego integrar lo que dice el coachee y el cómo lo manifiesta.
La calibración es una herramienta que nos permite acercarnos más certeramente a completar el contexto en el cual está transcurriendo la comunicación y nos da la posibilidad de hacer ajustes en nuestros mensajes para lograr una comunicación aún mejor.